Para mis pulgas.

Este gato, cuyo nombre cambia cada vez que a las niñas ya no les gustó el anterior, (ahora se llama Señor Fuz); es un trabajo extra, que yo no necesitaba.
En primer término, le gusta acostarse en la silla que acompaña al escritorio de la computadora, y no importando nada, lucha y pelea por quedarse ahi. Ahora empieza a soltar pelos, que hay que estar limpiando para no convertirnos todos en una bola de peluza. Además pareciera que las pulgas son interminables, nada mas deja de usar el collar y aparcen para molestarlo y de paso a quien se encuentren en su camino.
Las relaciones entre el gato y Aitana son buenas, pero entre Bidane y el gato, son de arañazos y mordidas, sin embargo, ellas lo quieren... todo sea por la experiencia de la mascota.